Interesante y reveladora obra (publicada por vez primera en 1970) del escritor argentino Osvaldo Bayer, cuya producción literaria ha reportado títulos tan célebres como "La Patagonia Rebelde", "Los Anarquistas Expropiadores" o "Simon Radowitzky, ¿Mártir o Asesino?".
Severino Di Giovanni llega a Buenos Aires en 1923 tras marchar de su Italia natal ante la situación engendrada con el advenimiento al poder de Benito Mussolini. Anarquista convencido y hombre de acción, no tarda en protagonizar incidentes que le pondrán en el punto de mira de la prensa y la policía. Estaba casado y tendrá 3 hijas y un hijo.
Escribía, componía e imprimía él sólo, robando horas al sueño, el periódico "Culmine". Aparte de material más teórico llama la atención la sección "Faccia a la Faccia col Nemico" (cara a cara con el enemigo) en la que se hacía un llamamiento al combate contra la dominación hasta sus últimas consecuencias, explicándose además muchas acciones que por la fecha Severino y sus compañeros se encargaban de ejecutar. Asimismo crearía una librería y reuniría una biblioteca en su cuarto.
En la historia juegan un importante papel también los jóvenes Alejandro y Paulino Scarfó, que seguirán a Di Giovanni, y su hermana Josefina, adolescente de la que se enamora Severino.
Ya en 1925 es detenido por un escándalo en el teatro Colón con la presencia del embajador italiano y desde entonces sus acciones no cesan hasta su detención y asesinato a manos de las fuerzas del Estado. Con motivo de la condena a muerte de Sacco y Vanzetti pondrá con sus compañeros bombas en la embajada de EEUU (Mayo1926), la agencia Ford y el monumento a Washington (Julio1927)… Son sólo algunos ejemplos de la formidable actividad agitadora del momento y el grupo.
Diciembre del 27 marca un punto de inflexión dado que uno de sus atentados resulta fallido muriendo una persona en él y ocurriendo a su raíz la división de opiniones en torno a los medios utilizados en la lucha y su licitud. A este respecto es interesante cómo el autor nos presenta el panorama del movimiento más o menos afín a las ideas de Severino en Buenos Aires. Los diarios más importantes en este sentido eran La Antorcha y la Protesta. Este último estaba más preocupado de conservar sus máquinas que de plantar cara y condenará a Severino (los insultos del director acabarán por costarle la vida). La Antorcha será más condescendiente con él, aunque ambigua en ocasiones. De cualquier modo Severino contó con el respaldo de los grandes teóricos del momento.
No detuvo su actividad Di Giovanni continuando con un número de actos muy elevado (atenta contra un teniente coronel italiano, lucha por la liberación de Radowitzki…) en que, en alguna otra ocasión, resulto muerto quien no era el objetivo. Dará siempre la cara como demuestra el hecho de que en Culmine pusiera su dirección, o que con las condiciones adversas del país y su búsqueda no se marchase. No obstante, debe esconderse ante el acoso de la policía y convertirse en anarquista expropiador para financiar sus actividades. Finalmente, tras innumerables vicisitudes, su falta de temor al peligro le hace ser descubierto en una imprenta(1931) donde editaba libros y tras un tiroteo es detenido después de dispararse él mismo en el pecho. Será condenado a muerte y asesinado siendo sus últimas palabras "viva la anarquía" en un desgarrador grito.
Severino Di Giovanni es un personaje que no deja a nadie indiferente. Como Osvaldo Bayer dice, hay mucha "falsedad en sectores de sus propios partidarios de ideas a quienes el comportamiento comprometido de este joven revolucionario obligaba a salir de sus cómodas posiciones intelectuales" que a creado una leyenda negra en torno a su persona. Severino explica sus actos de este modo: "En la eterna lucha contra el estado y sus puntales, el anarquista que siente en si mismo todo el peso de su función y de su rebelión que emanan del ideal que profesa y de la concepción que tiene de la acción, no puede muchas veces prever que la avalancha que dentro de poco hará rodar por la ladera deberá necesariamente embestir el codo del vecino que está abstraído en la contemplación de las estrellas(…)Si en el camino debemos correr, no podemos hacerlo parados ni impedidos por un falso sentimentalismo improductivo sin obstaculizar aquello que se quiere conducir como meta de la enérgica rebelión "
Para formar tu propia opinión léete el libro, no tiene desperdicio.